Esta es la máxima que exige el Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás a los técnicos que están valorando el último desprendimiento en el Andén Verde, y elaborando el informe sobre la intervención a realizar para restablecer la circulación de la GC-200.
El alcalde, Tomás Pérez, señala que la apertura “se debe realizar garantizando el mayor grado de seguridad posible” para los numerosos ciudadanos que transitan la vía diariamente.
Por ello, en todos los numerosos contactos que ha mantenido desde ayer, día del derrumbe, con las diferentes administraciones competentes les insistió en que “esta obra se haga cuanto antes, pero sin olvidarnos de la seguridad”.
El regidor les ha trasladado la circunstancia de que los derrumbes por deslizamientos de laderas, no caídas de piedras únicamente, son “cada vez más frecuentes y sin que haya mal tiempo. Hasta ahora ha habido suerte de que no ha ocurrido ninguna desgracia, pero debemos reflexionar y pensar que puede que no siempre sea así y tras los accidentes, vienen las lamentaciones”.
El lunes 14 de noviembre, tendrá lugar una reunión en la que participarán Obras Públicas del Gobierno canario y el Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás y la Dirección de Obra de la nueva carretera. “En ella analizaremos el informe de los técnicos sobre la obra a realizar en la zona del derrumbe: ejecución necesaria, tiempo estimado y presupuesto”, explica Tomás Pérez. A su vez, se analizará “la marcha de la nueva” y “con todos los datos se tomarán decisiones”.