El cronista oficial de Artenara, José Antonio Luján, ofrece este sábado en La Aldea de San Nicolás, una conferencia sobre la Cultura de Barrancos, en el marco de las I Jornadas de Cultura ‘La Aldea Global’, organizadas por la Concejalía de Cultura que dirige Yasmina Llarena. Este encuentro, que se celebra viernes y sábado, con un variado programa, pretende ser un punto de encuentro para la reflexión y el conocimiento de la realidad y diversidad que nos rodea.
La «cultura de barrancos» es un concepto novedoso, tal vez no existente en la ciencia geográfica (al menos no consta en las páginas de Internet ni en bibliografía específica). Consideramos que una de las personas que la acuñó por vez primera, en la década de 2000-2010, fue el investigador, ya fallecido Lothar Siemens Hernández con referencia primordial a los temas musicales de las pequeñas agrupaciones folclóricas.
Los cronistas oficiales de La Aldea de San Nicolás, Francisco Suárez Moreno, y el de Artenara, que suscribe, la hemos utilizado de manera tangencial en múltiples ocasiones, en charlas divulgativas, presentaciones de libros e incluso en algunas publicaciones. Ambos cronistas creemos que es un concepto o terminología eficaz para denominar unas evidencias antropológicas que históricamente y en la realidad se perciben en las comarcas suroeste y noroeste de Gran Canaria y que, por extensión, se podría aplicar a otros ámbitos isleños de características similares.
Las evidencias que se constatan abarcan desde el patrimonio tangible hasta los intangible y simbólico. En el patrimonio tangible son de destacar los caminos (caminos reales), el derecho y uso de las aguas pluviales, las presas construidas en los cauces del barranco, el canal de Tejeda a La Aldea (en desuso); el trasiego de personas que se desplazan a trabajar en la zafra del tomate y que se trasladan desde los pequeños caseríos o barrios de la comarca hasta el principal núcleo aldeano; el uso de aspectos sanitarios en La Aldea; En el patrimonio intangible se constata todo lo relacionado con la etnografía: el mundo de la alfarería, el folclore popular, con canciones y letras (los Pisaflores); la banda de música de La Aldea; bailes en ámbitos domésticos (en Acusa Verde y Acusa Seca); cierta sabiduría gastronómica (variedad de potajes y uso de hierbas medicinales que se recogen en el pinar); uso cinegético del territorio.
Y en el aspecto simbólico, los cuentos y leyendas populares de carácter oral y los recogidos en obras de carácter literario como El fajín rojo; Cartas a Irene, con personajes que perviven entre la realidad y la ficción; las devociones religiosas (Cristo de Acusa, Virgen de La Cuevita, Virgen de Candelaria, San Juan…).
Estas evidencias culturales se han consolidado mayormente en el Museo de Desarrollo comunitario de La Aldea de San Nicolás.