Las alumnas de la Escuela Potenciadora de Empleo que comenzó hace unos meses en nuestro municipio impulsada por la Mancomunidad del Norte en colaboración con la concejal de Igualdad de nuestro Ayuntamiento, María del Carmen Rodríguez, han culminado este lunes una primera fase: la de cumplir con la parte formativa y motivadora del proyecto gestionado por el coach Raúl Henríq.
Motivación e ilusión es lo que les sobra. De ello dan fe dos de las quince mujeres de nuestro municipio que en estos meses han trabajado en cómo desarrollar sus proyectos personales, sus ilusiones, sus sueños… Idalia Suárez y Águeda López se erigen en portavoces de sus compañeras para contar su experiencia, tras recoger este lunes en el Auditorio de Teror el diploma que acredita la culminación de esta primera fase.
Tras el acto hablan ilusionadas de lo que ha supuesto para ellas esta experiencia formativa, encaminada también a “empoderar” a las participantes, a aportarles ilusión, confianza para llevar a cabo lo que se propongan y a enseñarles como desarrollar sus ideas de trabajo. Ambas aseguran que en estos meses “hemos aprendidos a valorarnos como mujeres y hemos recibido enseñanzas muy buenas tanto a nivel físico como emocional”.
Se han reforzado por dentro y por fuera y se les nota. Hablan con pasión de la fase que ahora inician: la de definir el proyecto en el que quieren trabajar. Para ello buscan qué les motiva. Idalia dice que “siempre he querido dedicarme a los mayores o la jardinería”. Es un punto de partida.
Águeda añade que siempre “quise tener mi propio negocio, una dulcería-cafetería en mi pueblo con una oferta típicamente canaria”. Y ya está en marcha. Desde hace un tiempo sirve cátering “a pequeña escala”, como el de las V Jornadas de Turismo Rural y Activo La Aldea 2016 que se celebraron este fin de semana en el municipio. “La gente quedó muy contenta con lo que servimos”, explica ilusionada Águeda, “mermelada casera, aceitunas de La Aldea o repostería variada”.
Esto promete.